En Galicia estamos hablamos de la uva Mencía como la variedad tinta más emblemática. Pero no está sola. La Garnacha, muy presente en otras zonas de España, también tiene su hueco en algunas denominaciones gallegas, aunque en menor medida. En nuestra bodega de la D.O. Valdeorras, esta variedad —especialmente la de cepas viejas— aporta densidad, cuerpo y una personalidad muy especial a nuestros vinos.
Características de la uva Garnacha
La Garnacha es una uva agradecida, con racimos de tamaño medio a grande, piel fina y un color que puede ir del rojo brillante a un púrpura intenso. Su cepa es fuerte, resistente y se adapta muy bien a distintos tipos de suelo, incluso a los más duros como los de pizarra o arcilla, tan típicos en Valdeorras. Soporta bien la sequía, aunque hay que cuidarla del mildiu o la excoriosis.
Aroma y sabor
Si tuviésemos que describirla en pocas palabras, diríamos que es una uva expresiva y con carácter. En nariz, suele traer notas de fruta roja —fresas, cerezas, frambuesas—, toques especiados y un punto herbal o floral. En boca, es pura fruta, notas de grosella, fresas e incluso algunas especias.
Características de los vinos de Garnacha
Los vinos elaborados con Garnacha son una auténtica sorpresa para quien los prueba por primera vez. Suelen ser intensos, expresivos y con una fruta muy presente desde el primer sorbo. Tienen un grado alcohólico algo más alto que otras variedades, lo que les aporta cuerpo y una agradable sensación de calidez, pero sin perder frescura ni equilibrio.
En su versión joven, la Garnacha da vinos muy aromáticos, llenos de notas de frutas rojas maduras y un punto floral que los hace muy agradables y fáciles de beber. Son vinos alegres, con buena acidez y un final jugoso.
Cuando pasa por barrica, el vino gana en complejidad: aparecen los toques de vainilla, cacao, especias dulces o tostados, y la textura se vuelve más redonda y sedosa. Su capacidad de envejecimiento es excelente, es capaz de desarrollar matices más profundos y elegantes, sin perder su carácter frutal.
Además, la Garnacha se presta tanto a elaboraciones monovarietales como a coupages con otras uvas autóctonas, en los que aporta color, estructura y volumen. En cualquier caso, conserva ese punto de amabilidad que la convierte en una variedad muy versátil, capaz de gustar tanto a los aficionados al vino tinto ligero como a quienes prefieren vinos más estructurados y complejos.
¿Con qué alimentos marida la Garnacha?
La Garnacha es de esas uvas que no ponen pegas a la hora de acompañar comida. Va genial con carnes rojas, asados, guisos, pastas e incluso con platos más suaves como verduras o arroces. Y, por supuesto, con una buena tabla de quesos curados intensos o embutidos gallegos… imposible fallar.
La Garnacha en los vinos de Viña Costeira
En nuestra bodega, la uva Garnacha está presente en los vinos que elaboramos en la D.O. Valdeorras.
Costeira Mencía
Ligero y sedoso en boca, con matices de la mineralidad propia de los suelos de pizarra de donde procede, y con aroma de frutos y especias. Aquí la Garnacha se combina con la uva Mencía y el Sousón.
Modus Vivendi Mencía
Ensamblaje de Mencía y Garnacha, de color rojo vivo, ligero y equilibrado en boca y con aromas a bayas rojas.
Pazo Valdeorras
Un tinto muy versátil, con notas de arándanos maduros en nariz y bien estructurado en boca. Acompañante ideal para comer pulpo á feira, carnes o pastas.
Codos de Larouco Mencía Barrica
Un coupage de Araúxa, Mencía y Garnacha con crianza sobre lías en barrica, más estructurado. El vino perfecto para acompañar guisos, carnes de caza, embutidos curados o cocidos.
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