Elegir la copa adecuada para cada vino no es solo una cuestión de etiqueta o estética. Porque seleccionar correctamente las copas para cada vino potencia la experiencia de degustación, resaltando los aromas, sabores y la complejidad de cada uva. Aunque parece que este tema normalmente está reservado para sumiller o aficionados con años de experiencia, la realidad es que, con un poco de orientación, cualquier persona puede convertirse en un experto. Si quieres saber más sobre el arte de cómo elegir copas para vino, y hacer que cada sorbo sea una experiencia inolvidable, te lo explicamos a continuación.
¿Por qué es importante elegir la copa adecuada para cada vino?
La elección de la copa adecuada maximiza la experiencia de degustación de cada vino, influyendo en cómo se despliegan y perciben sus características más sutiles. A lo largo de la historia, la evolución en el uso de materiales para las copas de vino ha pasado por diversos materiales como la porcelana, la cerámica o la madera, y todos estos cambios han afectado la forma como lo experimentamos. Con el tiempo, se fue popularizando cada vez más el uso de las copas de cristal para saborear mejor todas las cualidades del vino.
Las copas de cristal fino e incoloro, totalmente transparentes, son las que mejor nos dejan apreciar todos los matices de esta bebida. La forma de las copas está pensada para interactuar de manera específica con cada tipo de vino, desde la amplificación de los aromas hasta la regulación de la oxigenación y la dirección del vino hacia diferentes partes del paladar. Y es que, para saborearlo en su totalidad, no solamente es importante el sabor, sino todos los elementos como el color y el aroma.
Copas con cáliz más amplios y abiertos son ideales para vinos tintos que requieren más oxigenación para liberar sus complejos aromas. Por otro lado, copas más estrechas y altas preservan la frescura y los delicados aromas florales de los vinos blancos y espumosos. La copa adecuada no solo debe ser un recipiente, sino una herramienta que realce cada aspecto del vino, adaptándose a sus características únicas y al momento de su disfrute. Por todo esto, la forma de la copa es determinante.
¿Por qué copa y no vaso?
En líneas generales, la copa tiene dos ventajas principales que no tiene la forma del vaso:
- Termorregulación. Las copas de vino, especialmente aquellas con tallos largos, están diseñadas para ser sostenidas por el tallo y no por el cáliz. Esto permite colocar la mano lejos del líquido y evita que el calor de los dedos afecte la temperatura del vino. La temperatura es un factor importante en cómo se percibe un vino: los tintos demasiado calientes o los blancos demasiado fríos pueden perder sus cualidades sensoriales. Un vaso, al ser sostenido directamente por su cuerpo, acelera el cambio de temperatura del vino, alterando su equilibrio y, en consecuencia, su sabor y aroma.
- Experiencia aromática. La parte más estrecha del borde de una copa captura y concentra los aromas volátiles del vino, lo que permite que estos se concentren para deleitar nuestras fosas nasales. Por el contrario, un vaso deja que los aromas se escapen antes de que nos demos cuenta, disminuyendo la intensidad y complejidad. Un desperdicio, sobre todo si el vino que hemos comprado es bueno.
El vino, ¿en copa de cristal o vidrio?
La elección entre copas de cristal o vidrio no es meramente estética. Más allá de la apariencia, existen diferencias en la experiencia de degustación que ofrecen estos dos materiales, y hay un montón de motivos que hacen que el cristal sea el preferido entre los profesionales y winelovers. Te los explicamos.
Copas de cristal: ventajas y desventajas
Las copas de cristal contienen un porcentaje de óxido de plomo, de al menos un 24%, según la Escuela de Estudios Superiores Abiertos de Hostelería (ESAH). Esta composición hace que sean más delgadas y transparentes.
Ventajas
- Las copas de cristal son más claras, literalmente. Y esta claridad permite apreciar visualmente el color, consistencia y efervescencia del vino.
- El cristal es más poroso, esto hace que se rompan las moléculas del aroma, permitiendo poder apreciar mejor los aromas que se desprenden del vino.
- Al ser más delgadas ayudan a conservar la temperatura del vino, impidiendo que se caliente rápidamente.
- Existen opciones más económicas con aleaciones de metales, como el titanio, óxido de bario o de zinc.
Desventajas
- Su principal desventaja es la delgadez: las copas de cristal se rompen con facilidad, por eso hay que ser cuidadosos al lavarlas.
- Su coste es más elevado y varía según el grosor, o si son sopladas o elaboradas a mano.
Copas de vidrio: ventajas y desventajas
Por su parte, las copas de vidrio son más gruesas. Así que, si eres de los que rompen las copas con mirarlas, ¡mejor opta por vidrio!
Ventajas
- El costo de una copa de vidrio es mucho más bajo que el de una copa de cristal.
- Son mucho más resistentes que las de cristal.
- Las copas de vidrio pueden soportar mejor el manejo cotidiano y, en muchos casos, son aptas para el lavavajillas.
Desventajas
- Su grosor hace que no conserve la temperatura del vino, y disminuye la percepción de sus aromas.
- La baja claridad del vidrio no permite una adecuada apreciación del vino.
Qué copa usar para cada vino
A continuación, te damos algunas recomendaciones para que sepas las copas para cada tipo de vino, y poder disfrutar más y mejor de nuestra bebida favorita.
Vinos tintos
- Copas para vinos tintos jóvenes. Estos vinos, a menudo más frutales y menos tánicos, se benefician de copas con un cáliz no demasiado ancho, pero sí espacioso, que permita una buena oxigenación sin perder la intensidad de los aromas frutales.
- Copas para vinos tintos con cuerpo. Los vinos tintos robustos y con cuerpo, como un reserva o gran reserva, exigen copas con un cáliz grande y una boca amplia. Este diseño facilita una mayor oxigenación, suavizando los taninos.
Vinos blancos
- Copas para vinos blancos jóvenes. Estos vinos, caracterizados por su frescura y notas cítricas o florales, se disfrutan mejor en copas con cáliz más estrechos y alargados, que concentran los delicados aromas hacia la nariz mientras mantienen la temperatura fría del vino.
- Copas para vinos blancos con crianza. Los vinos blancos que han pasado por barrica o tienen más cuerpo, pueden beneficiarse de una copa con un cáliz ligeramente más ancho que el utilizado para blancos jóvenes, permitiendo así que los aromas más complejos y sutiles se expresen mejor.
Vinos rosados
- Copas para vinos rosados. Aunque normalmente se sirven en copas de vino blanco, los rosados tienen una copa específica, que se sitúa entre el blanco y el tinto en términos de diseño. Esto ayuda a capturar su carácter frutal y fresco, mientras permite que el vino respire adecuadamente.
Vinos espumosos
- Copa flauta. La tradicional copa flauta es ideal para conservar y destacar la carbonatación y los aromas sutiles de los espumosos.
- Copa tulipán. Para espumosos con más cuerpo o complejidad aromática (como ciertos champanes de alta gama), la copa tulipán, con un cáliz ligeramente más ancho, permite apreciar mejor su complejidad.
Vinos dulces y de postre
- Copas para vinos dulces. Estos vinos se sirven mejor en copas más pequeñas. La idea es concentrar los aromas intensos y permitir que el vino se tome en pequeñas cantidades, realzando así su riqueza sin abrumar el paladar.
Tipos de copas para cada vino
Adentrarse en el mundo del vino puede parecer una odisea, especialmente cuando llega el momento de enfrentarse a la gran pregunta: ¿cómo elegir copas de vino adecuadas para cada ocasión? Así que, ya sea que te inclines por un robusto tinto o prefieras la sutileza de un blanco aromático, vamos a desvelar el misterio detrás de la selección de la copa perfecta para disfrutar de tus vinos favoritos. Prepárate para convertirte en el anfitrión que todos envidian.
Copa tipo Burdeos
Redondeada y de boca cónica. Suele tener una tulipa alta y el cuello no es mucho más estrecho que el cáliz de la copa. Dirige el vino hacia la base de la lengua, esparciéndolo por toda la boca. Por ello, es adecuada para casi todos los tipos de vino, sobre todo los más potentes, como nuestros Toubes, Vía XVIII o Codos de Larouco Mencía.
Copa tipo Borgoña
Boca abierta y forma abombada. Estas copas de vino elegantes tienen un cáliz más redondo y un cuello más estrecho, por lo que ayudan a retener mejor los aromas de los vinos. Se suele utilizar para tintos delicados, aunque también para algún blanco muy aromático, como nuestros Modus Vivendi Mencía o Colección 68 Treixadura.
Copa tipo Riesling
Perfecta para vinos blancos aromáticos y florales, para rosados provenzales y para el champán. Una copa de vino blanco como esta, más abierta en la base, potencia los aromas del espumoso, aunque pierdan carbónico más rápido que con la copa tulipa o flauta. Un diseño idóneo para degustar nuestros Viña Costeira Ribeiro y Modus Vivendi Ribeiro.
Copa flauta
Boca cerrada para capturar el sabor y mantener las burbujas de los vinos espumosos, como nuestros Lúa de Costeira y Lúa Jazz Brut.
Cata vinos
Copa pequeña de degustación estandarizada para catas técnicas y profesionales.
Ahora que ya sabes reconocerlas, la tarea de elegir las copas que más te encajen con el vino que servirás en casa será más sencilla. Todo depende de tus gustos y de si el vino que vas a abrir es muy aromático o más delicado. ¡No hace falta que tengas un arsenal de cristal en casa para disfrutarlo! Si solo puedes optar por un tipo de copa, escoge siempre una pequeña tipo Burdeos o una grande polivalente. Ambas se adecuarán a todas las circunstancias y a todos los vinos.
Cómo lavar copas de vino correctamente
Mantener limpias las copas es casi tan importante como elegirlas bien. El detergente, los paños que sueltan hilos, el olor del armario donde las guardamos…todo lo que impregne el cristal afectará negativamente al vino. Por eso, hay que tener especial cuidado a la hora de lavarlas.
Lo mejor es pasarlas por agua caliente una vez usadas y limpiar con una esponja o estropajo el borde de la copa. Así, cuanto más caliente esté el agua, menos necesidad habrá de usar detergentes.
Lava las copas a mano con una gotita de lavavajillas suave, acláralas con mucha agua (para evitar residuos que puedan afectar el sabor del vino) y sécalas cuando aún están húmedas con un trapo limpio de lino o de algodón, para evitar las marcas de agua. Una vez secas, si disponemos de un mueble con rail, las guardaremos boca abajo. Si no, es recomendable dejarlas de pie para que no absorban los olores del mueble donde las tenemos. Además, evita almacenar copas en lugares donde puedan absorber olores (como cerca de alimentos o en armarios con productos de limpieza).
Ahora que sabes elegir las copas para cada vino, solo nos queda disfrutar de nuestra Viña Costeira. Así que, levanta tu copa, brinda por los placeres simples de la vida y sumérgete en el deleite que solo un vino perfectamente presentado puede ofrecer. ¡Salud!